Esto nos lleva a la rivalidad como la creación de nuestros propios enemigos, tal vez porque de esa manera surge un instinto de supervivencia y de superación. Qué sería de las especies si no tuvieran depredadores, la evolución no tendría lugar.
Por ello trabajé en la idea de dos personajes en conflicto: un hombre y una mujer, que a pesar de ser creados para complementarse, muchas veces se dividen y luchan entre ellos. En ocasiones uno se vuelve el flagelo del otro.
Aquí muestro el proceso desde el boceto inicial a la aplicación de pinturas acrílicas sobre cartón:
En la entrada siguiente publicaré la iustración final...
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